La Magia del Bosque y el Niño

En aquella noche el bosque brillaba como nunca antes, la responsable, la luna, todo brillaba desde el viejo árbol hasta la más pequeña criatura. Pero...era porque llegaba un invitado inesperado, pero ¿quién era aquel desconocido?, para el hada era un gigante y casi le igualaba la altura al duende.

 

Había llegado el niño de una de familia que residía a escasos metros del bosque, llorando se recostó en un tronco, el hada lo observó y el duende con timidez lo miraba, el niño se percato que el hada lo miraba y de pronto, comenzaron a conversar.

- ¿pero niño que te pasó?

- Se...me ha caído un diente...pero...no he he encontrado el dinero bajo la almohada 

-Ohh!! perdón querido-respondió el hada- esta noche estuve muy atareada-exclamó

-Perdóname no sabia-el niño sonó triste- quisiera ayudarte -su cara se iluminó

El hada al escuchar esto se sorprendió mucho, pero pensó que no estaría mal una ayuda y un nuevo amigo.

- Esta bien, me ayudaras y también harás felices a los niños ¿eso quieres verdad?

- Siii!!- respondió muy alegre el niño 

- Púes desde ahora seras el ratón Pérez!!-dijo feliz

Y con un poco de magia en su varita, el niño empezó a encogerse y le salió una cola larga y unas orejas grandes, así fue, quedó como un pequeño ratón blanco.

Desde aquel día todos los niños en el pueblo cercano amanecen felices de recibir una moneda por un diente.